Sunday, December 9, 2012

NICAN MOPOHUA ICA IZKALOTEKA

Excerpt from
The Path of Quetzalcoatl
Tlamatini Andres Segura, Mexica Tencocha
presents teachings relevant to the ancestral indigenous traditions of La Guadalupana Tepeyaca 1526 , and the ongoing
Movimiento Macehualli
TONATIERRA 2012.

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Presentation by Tlamatini Andres Segura on the traditional knowledge systems
of the
Mexica Tenochca at DQ University in 1977.


Wednesday, December 5, 2012

Mexico: 13 Baktun Diciembre 21, 2012


MEXICO: El 21 de diciembre es una muestra de la vigencia del intelecto maya
Reyna Paz Avendaño / Crónica

El próximo 21 de diciembre sí termina un ciclo, pero no es el fin del mundo, aseguró Daniel Flores Gutiérrez, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y especialista en el calendario maya. “Nuestra cuenta inicia en el 00, entonces los nuevos siglos empiezan en 1800, 1900, 2000, etcétera. Esos sólo son comienzos de ciclos en que algunos creen que sucederá el fin del mundo.

Y aunque el 21 ni el 2012 tienen doble cero, los estudios de la cultura maya indican que sí, pues comienza el baktun –unidad de medición del calendario maya– número 13 que al momento de registrarlo se escribe con cuatro ceros: 13.0.0.0.0”, explicó.

Como aparece el doble cero, añadió Daniel Flores, alguien dijo que el mundo se acabaría y más si procedía de los mayas. ¿Pero qué sucede en realidad?, pregunta y responde: el 13.0.0.0.0 es la cuenta larga de esta cultura mesoamericana, una de los tres sistemas calendáricos que tuvieron y que consiste en la cuenta sucesiva de los días, pero contados en grupos de 20 días, 18 meses, 20 años, 40 años y 400 años, y estos últimos son los baktun.

En ese sentido, el investigador indicó que la cuenta 0.0.0.0, es decir, el primer baktun, ocurrió el 13 agosto 3113 a.C. y que al sumar sucesivamente 400 más 400 después de 5 mil 200 años, se llega al día 21 diciembre de 2012. “En sí ése es el arte y el éxito intelectual de los mayas, contar en ciclos para acumular el número de días. No hay más, el 21 de diciembre sólo es indicio de la inteligencia y la permanencia de la cultura maya”, aseguró.

El astrónomo de la UNAM también precisó que hay otro error en la lectura del calendario maya, pues de acuerdo con la vigente numeración ordinal —en la que se empieza a contar a partir del número uno y no del cero—, este año se festejará el baktun número 14. “Cuando sucedió el 0.0.0.0 para los mayas fue el baktun cero, porque contaban a partir del número 0 y desde el punto de vista numeral —primero, segundo, tercero, etcétera— fue el baktun primero. Así que numeralmente vamos a iniciar el décimo cuarto ciclo maya”, detalló.

Añadió que otra aclaración es que la cuenta larga no proviene de los mayas, sino de los olmecas. “Esta cultura fue la primera que escribió una cuenta larga, entonces cabe la posibilidad de que las otras dos cuentas (calendario de 160 días y de 360 más 5 días) también provengan de la época olmeca, o sea una combinación. Éste es un problema del calendario mesoamericano que aún no se resuelve”, puntualizó.

Actualmente, dijo el especialista, es posible calcular las posiciones de los planetas en el futuro y en el pasado, por eso pueden acercarse a lo que los mayas o astrónomos mesoamericanos vieron en México, “que para el caso de esta predicción, estamos tan certeros en lo que medimos que parece absurdo que la gente crea en ese mito”, expresó.

“Los estudios del calendario maya están en libros y artículos especializados a los que la gente debe acercarse. No basta ir a la red, hay que meterse a las publicaciones de las universidades”, aseguró.

¿En qué documentos los mayas plasmaron su cuenta de baktunes?
Principalmente en los códices y aunque muchos no están en México, existen reproducciones que podemos consultar. Por ejemplo, los códices Dresde, Borgia y Mendoza. También hay que consultar los Popol Vuh.

“Hay poca información de cuenta larga escrita en texto, pero su representación magnífica está en estelas de la zona maya: Yaxchilan, Cobá y Los Tuxtlas. La información de esta cuenta la podemos ver en los grabados, por ejemplo, el más antiguo es una estela en Cobá y una de sus reproducciones está en Museo de Antropología del Distrito Federal”, apuntó.

Daniel Flores comentó que la predicción del fin del mundo en diciembre surgió desde hace siete años, periodo al cual se han agregado datos astronómicos como la caída de meteoritos a la Tierra o la alineación de planetas, que el Instituto de Astronomía de la UNAM ha tratado de desmentir a través de la explicación verdadera de los fenómenos del universo.

“El rumor sobre una lluvia de meteoritos está vigente desde 1994, pero es importante decirle a la gente que sí existen rocas peligrosas para la Tierra, pero que en los últimos tres años han pasado cuatro objetos a la mitad de la distancia del planeta y ni siquiera lo sentimos. Lo mismo pasa con la idea de que la coincidencia en línea recta del centro de la galaxia con el Sol generará un colapso, este fenómeno es muy natural, tanto que cada año sucede principalmente en los meses de septiembre y octubre”, explicó.

Cada quien imagina el fin del mundo con catástrofes naturales, pero ¿es posible predecir el fin del mundo a partir de fenómenos astronómicos?, se le preguntó al investigador. “El verdadero fin del mundo sucederá cuando el Sol se acabe. El Sol es jovenazo y va a la mitad de su vida, le faltan 4 mil 500 millones de años”, indicó.

En ese momento, explicó, el Sol dejará de brillar porque todo el hidrógeno que concentra se acabará. “El Sol brilla porque convierte hidrógeno en hielo y que se manifiesta con un rayo de luz: un fotón. Entonces, cuando el hidrogeno se acabe ya no habrá fotones, y ante esa ausencia, el Sol colapsará y caerá sobre sí mismo y hará una explosión. Ese efecto de expansión chupará a Mercurio, Venus, Tierra  y a la órbita de Marte, después todo quedará en una enana blanca que se disipará en el ambiente planetario. Ese sí es el fin del mundo”, expresó.

Por lo que este 21 de diciembre, Daniel Flores recomienda sólo reflexionar sobre la vigencia de la cultura maya y sobre todo, en el control de la actividad humana en la Tierra, “pues debemos preservar nuestra casa que aun le quedan 4 mil 500 millones de años de vida”, concluyó.